viernes, 7 de junio de 2013

Videojuegos que nos hicieron soñar (3): Shinobi y Bubble Bobble

Bubble Bobble:
¡Cuántas horas delante de la pantalla lanzando pompas y más pompas de chicle con las que envolver a nuestros enemigos! Para muchos, Bubble Bobble, el videojuego de Taito de los dragoncillos simpáticos ha supuesto todo un hito. Ser capaces de acabarse el juego (por supuesto, jugando a dobles, de otro modo resultaba imposible aunque circulaban leyendas urbanas sobre un japonés que lo consiguió en solitario) era una de las pruebas que todo preadolescente debía completas antes incluso de poder besar a una chica. Vale, tal vez estoy exagerando, pero lo que nadie discutirá es que su pegadiza musiquilla de xilófono era la banda sonora de muchas de nuestras tardes de vagancia. Los controles eran simples: un botón para saltar y otro para disparar burbujas. Si se dominaba la técnica, se podía saltar sobre las pompas sin romperlas y así aprovechar su ascenso para alcanzar la parte más alta e inaccesible de la pantalla. El objetivo: limpiar el escenario de enemigos y acumular riquezas en forma de fruta, objetos de valor y las letras de la palabra EXTEND, que aparecían dentro de burbujas y al completarnos nos darían una vida extra y el privilegio de pasar automáticamente de pantalla. En nuestra ayuda podíamos recoger diversos objeto que mejoraban nuestras habilidades: el zapato para movernos a máxima velocidad, los dos caramelos hacían que disparásemos más lejos o más deprisa, el paraguas nos hacía saltar varias fases de golpe... Pero si no éramos lo bastante rápidos en completar nuestra tarea, después de una inquietante cuenta atrás aparecía la muerte, personaje invulnerable que pasaba a través de las paredes y mataba con su toque a nuestro personaje. Cuando la muerte aparecía, la música se aceleraba para ponernos nerviosos y todos los enemigos se movían más deprisa, para terminar de complicar aún más la misión.

Shinobi:
Este es el videojuego original, que trajo después un sinfín de secuelas en distintas plataformas, sobre todo las videoconsolas caseras y, más recientemente, la Playstation. En pleno auge del cine de artes marciales, con profusión de ninjas y maestros del kung fu enfrentados entre sí en las secuencias de lucha más delirantes que imaginarse pueda (cuanto más extravagantes, más nos gustaban), surgieron numerosos videojuegos en los que podíamos encarnar a un solitario luchador que se enfrentaba él solo contra todo un ejército de enemigos. Uno de los más recordados es Shinobi, que además de patearles el culo a los malos era capaz de arrojar cantidades ilimitadas de shurikens o estrellas ninja, que guardaba en... Bueno, en algún sitio. Además, cuando la cosa se ponía fea de verdad y se veía rodeado de una nube de enemigos, podía invocar a la magia para barrer la pantalla con un auténtico torbellino de reflejos de sí mismo atacando a diestro y siniestro en todas direcciones. También había una fase de bonus en las que obteníamos una visión en primera persona, con los enemigos avanzando hacia nosotros desde el fondo de la pantalla, en la que dependíamos de nuestra habilidad y rapidez de reflejos para evitar que alguno de ellos pudiera llegar hasta nosotros antes de ser interceptado por un shuriken letal. Esto era el no va más en realismo para los videojuegos de la época, siendo la base de otros juegos bélicos como el memorable Operation Wolf.



1 comentario:

  1. Este blog me parece muy llamativo y fuera de lo común, felicidades, merece ser compartido, por eso te invito a participar en la entrega de los Premios Liebster Award donde tu blog es uno de los ganadores...............Felicidades y bienvenido!!!!

    http://codejavu.blogspot.com/2013/06/premio-liebster-award.html

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