jueves, 8 de septiembre de 2016

Drácula y los crímenes de Jack el Destripador


Hace unos pocos años, una nueva editorial llamada Tyrannosaurius Books anunciaba una nueva línea en la que pretendían sacar a los monstruos clásicos del cine de sus contextos habituales y contar nuevas historias, aprovechando que esas creaciones están libres de derechos de autor. La primera remesa incluía una novela protagonizada por la momia en la ciudad de Chicago de los años 30, y a segunda es la que hoy nos ocupa: Drácula y los crímenes de Jack el Destripador. Su autor es Miguel A. Naharro, que por aquel entonces ya había publicado en Dlorean Ediciones La maldición de la diosa Araña, una historia pulp protagonizada por La Garra, un aventurero y arqueólogo con ciertos poderes místicos que se enfrenta a los nazis al más puro estilo Indiana Jones... con superpoderes. 

Esta novela es, en muchos aspectos, más rica que la anterior y se beneficia de una más que correcta ambientación y de unas escenas de acción tremendamente bien logradas. La trama que mueve la historia plantea un supuesto muy interesante (ojo: SPOILER!!! Si no quieres saberlo, no sigas leyendo a partir de aquí. De todos modos, es algo que se revela en las primeras páginas, por lo que no debería importar demasiado.


Pues bien, nada más empezar la novela se nos revela la verdadera identidad del Destripador, pero descubrimos que en realidad no son víctimas inocentes lo que destripa, sino... ¡vampiras! Así, el asesino slasher por antonomasia pasa a convertirse en un cazador de vampiros como antes lo fueran Van Helsing o, posteriormente, Jonathan McInthire
Por otra parte, llaman la atención algunos elementos que "no deberían estar ahí", y que el autor nos introduce con toda la naturalidad del mundo, aumentando la sensación de maravilla y creando una atmósfera steampunk. Dejo a cada lector que descubra cuáles son esos elementos, que seguro sorprenderán a más de uno.
La trama presenta varios secundarios de lujo, algunos ya conocidos de las novelas de Sherlock Holmes (al detective solo se lo nombra de pasada), convirtiéndose en una novela coral que se desarrolla a velocidad vertiginosa, pero sin atropellarse. Y, para los lectores habituales de Miguel A. Naharro, hay reservado un regalo en forma de easter egg que solo ellos podrán apreciar en toda su extensión. Para un lector ocasional, la aparición de cierto anticuario resultará seguramente un deus ex machina difícil de asimilar, pero nosotros tenemos el valor añadido de saber de qué va la película y por ellos nos sentimos especiales. Se agradecen este tipo de gestos hacia los lectores fieles.
Creo que estamos, seguramente, ante la mejor novela de este autor, o tal vez la más trabajada en sus detalles. Y ahora toca hacer una reflexión como lector:
En su día estuve a punto de comprar el libro en la célebre página Cyberdark, pero alguien había dejado al pie un comentario sobre él muy negativo. El lector en cuestión parecía conocer los demás títulos de la colección al dedillo, y se quejaba de que este no estaba a la altura de los demás, achacándole varios defectos que argumentaba a su manera. Dicho comentario me hizo pensar que el libro sería un bodrio, y por eso no lo compré entonces. Ahora, tras haber leído el resto de novelas de la línea Monsters Unleashed, puedo hacerme mi propia opinión y no puedo estar más en desacuerdo con aquel "lector". Y lo peor de todo es que recientes investigaciones (que no afirmo de manera categórica que sean ciertas, pero cuando el río suena...) apuntan a que el autor del comentario en cuestión era otro escritor (¿¿??) que de esa forma pretendía desprestigiar a un compañero, sin importarle que sus arbitrarias palabras pudieran dañar las ventas. ¿Qué aprendemos de la lección de hoy, chicos?
1) No te fíes demasiado de la opinión de los demás. Siempre es mejor descubrir las cosas por uno mismo.
2) No hay bastantes balas para tanto gilipollas.

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